El Arte de Vivir

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Dirección de la Consulta: C/ Monasterio de Iratxe 41-1º C 31011 PAMPLONA (Tfno: 948 22 10 44)

domingo, 31 de octubre de 2010

Una Cena Japonesa


Esta noche pasada, aprovechando la coyuntura del cambio de hora, una componenda (¿engañufla?) humana en su afán de pretender manejar los ritmos de la Naturaleza, de organizarla a nuestro antojo, nos juntamos 15 vecinos del pueblo para degustar una cena al estilo japonés.

Uno de los comensales, que ha visitado tierras niponas unas cuantas veces por temas laborales, se encargó de elaborar el menú. Hay que decir que es la segunda experiencia de este tipo que se realiza en Etxarri, pero en la de hace dos años no pude participar.


Atún crudo, varias verduras preparadas a la tempura, sushi, salsa de soja (con o sin wasabi, cuidado con quien se atreva...), una pasta semejante a espaguetis pero ondulada servida con caldo (y de cuyo nombre nada ha quedado en mi memoria reciente), carne de vacuno (no puedo asegurar si era ternera o buey) de Kobe (si leéis este enlace os enteraréis de cosas muy interesantes y curiosas sobre la carne de "Kobe", ¿de Nueva Zelanda?), sake, acompañado de vino y licores de nuestra tierra..., y con partida de "pinchazo" final.


Aparte de vivir un rato muy agradable, tanto para mis sentidos carnales (no tanto para el oído, dado que soy muy sensible al ambiente ruidoso, y una mesa cuadrada para quince comensales produce el ruido que produce...) como para mi bienestar como ente social, el motivo de compartir en el blog esta vivencia es que, dado el cuidado que pongo en lo que llega a mi interior en forma de comida (aunque también soy humano y caigo en tentación con relativa facilidad), fui a ver los ingredientes de los envases de los productos que consumimos. Y ahí saltó la liebre, que no estaba incluida en el menú, por cierto (je-je).


Además de los conservantes, aditivos y porquerías varias que tuve la oportunidad de leer (el venenoso glutamato entre ellos, un potenciador del sabor clásico de la cocina oriental al que le dedicaré una entrada algún día o año de estos), identifiqué soja modificada genéticamente (soja transgénica).


Y es que, "casualmente", en estos momentos, en el grupo de Salud Verde en el que colaboro como "co-coordinador", ha salido a debate el tema de los transgénicos. Mi siguiente entrada va a tener como protagonista esta cuestión tan importante para la sociedad actual. Importante por los peligros que puede entrañar si se lanzan al mercado alimentario estos productos biotecnológicos tal y como está permitiéndose en diversos países aparentemente "desarrollados" del primer mundo...

Salud para ti y los tuyos.

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domingo, 24 de octubre de 2010

La Enfermedad como Camino (2)


El 14 de Mayo de este 2010 que estamos pateando, escribí una entrada iniciando una serie de informaciones que nos muestran la necesidad de relacionar la enfermedad con algo más que la rutina de lanzarse al consumo ciego de fármacos para aliviarla...


Ese primer texto tenía como fuente el libro "La enfermedad como camino", y hacía referencia a un artículo de la revista Discovery DSalud. Hoy voy a colocar la segunda parte del escrito. Creo que es un buen punto de partida para comenzar a plantear los síntomas, las enfermedades, como unas entidades que nos muestran algo, que nos hablan en un lenguaje doloroso (pues parece que el ser humano "aprende mejor" por la vía del dolor que por la propia sabiduría de vivir conscientemente) sobre temas a reconducir, a manejar de diferente manera a como lo hacemos en nuestra vida diaria...


Esta actitud ante la enfermedad es la que utilizo diariamente en consulta cuando alguien acude por síntomas o dolencias, y se suele ver claramente la relación entre el diario vivir, pleno de condicionantes externos, y las predisposiciones concretas a enfermar que tenemos cada individuo (gran utilidad la de la Carta Astral para establecer esa relación directa con los síntomas de cada uno). Tod@s tenemos unas zonas donde depositar nuestros nudos de tensión, unas formas características, personales de enfermar..., pero no tod@s los activamos... De ahí el título del este blog, que coincide con el nombre de mi consulta: "El Arte de Vivir".


Para que una persona sane, además de realizar con ella trabajos de Sanación de tipo energético (cualquiera que sea su orientación), es necesario que tenga información de lo que le pasa, que vea la relación directa entre cómo está viviendo y la entidad morbosa que le está afectando (sea o no la propia persona la causante del "chandrío"), y que se "alíe" con su propio Ser para vivir como le corresponde, con las herramientas que cuenta en esta vida (las que, por otra parte, hemos elegido traer...). Aquí he hallado la importante información que maneja Diseño Humano en cuanto a saber cómo articular nuestra vida, de qué manera afrontar los acontecimientos, movernos en la vida...


Ahí va el artículo. Deseo que os dé luz...

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El sistema inmunológico es la base defensiva de nuestro organismo. Reacciona frente a cualquier tipo de partícula extraña al cuerpo que pudiera representar una amenaza para nuestra integridad, sea una bacteria, un virus o cualquier otro tipo de sustancia potencialmente peligrosa.

Ante la más mínima sospecha de invasión, el organismo tiene tres tipos de respuesta. Primero, la anatómica, que constituye la primera línea de defensa y está representada por la piel, las sustancias defensivas de la saliva y los jugos gástricos. Luego, si el agresor -germen o toxina- sobrepasa esa barrera, se encuentra con la segunda línea defensiva: la respuesta inflamatoria, que consiste en un aumento del calor local y una serie de cambios que procuran hacer difícil o imposible la proliferación del “enemigo” viral o bacteriano en el cuerpo. Y, por fin, si todo falla, el organismo cuenta con la respuesta inmunológica, la mas profunda y sofisticada. Respuesta que está centrada en una serie de células de la sangre altamente especializadas -los leucocitos o glóbulos blancos- que actúan en las distintas fases de la respuesta defensiva inmunológica.

La primera fase, la más directa, está representada por los macrófagos y los neutrófilos (dos tipos de leucocito), que actúan como verdaderos soldados de un ejército defensivo persiguiendo, englobando y digiriendo las partículas extrañas -virus y bacterias- con lo que en muchos casos resuelven el problema. Pero los sistemas defensivos del organismo no se limitan a esa acción básica. Una vez que los leucocitos defensivos engullen al virus, partículas de éste son depositadas desde el interior en la superficie de la célula. Partículas a las que se llaman antígenos. Esos antígenos son inmediatamente reconocidos por las células defensivas más sofisticadas de nuestro cuerpo, los linfocitos, encargados de transportar, adaptar y fabricar las sustancias defensivas o anticuerpos, destruyéndolos.

Hay dos tipos de linfocitos: los linfocitos B, responsables de las llamadas inmunoproteínas, que llevan el peso de los sistemas defensivos generales de nuestro organismo y los linfocitos T (originados por la misteriosa glándula timo y de larga vida) que producen antígenos defensivos sólo contra determinadas infecciones; es decir, son más específicos.

LA OPORTUNIDAD DE LA ENFERMEDAD

Todos sabemos que cuando se estropea el mecanismo de una máquina se encienden luces o pilotos de alarma para que tomemos las medidas oportunas para repararla. Pues bien, si aceptamos que el síntoma es una señal de alarma, una luz roja que nos avisa de que es necesario actuar para corregir una disfunción, tendremos que ponernos en marcha para solucionar el problema.

Dicho de otro modo: los síntomas de cualquier enfermedad representan una oportunidad de conocer aquellos aspectos de nuestra vida que no están bien encajados ya que toda dolencia indica que se ha producido una desarmonización en algún nivel y que nuestro cuerpo, a veces con el concurso de elementos externos, está somatizando el conflicto.

El primer paso para la curación, pues, es la aceptación de la realidad. El siguiente sería la oportunidad de hacer un trabajo interior en el que el enfermo deberá realizar un autoanálisis sincero sobre todos los aspectos de su vida a fin de intentar descubrir las desarmonías. Piénsese que cuando la luz de la consciencia ilumina los rincones oscuros de nuestra mente ya no hay marcha atrás. A partir de ese momento es importante identificar y potenciar nuestros propios recursos naturales. Y, en ese sentido, las técnicas encaminadas al control y la generación de pensamientos, el trabajo con nuestras emociones, la capacidad de crear imágenes mediante la visualización, etc., sí serán útiles por tener una incidencia directa sobre el cuerpo físico. Bien, ahora sabemos que nuestras creencias y nuestra actitud influyen en la salud; y puesto que los pensamientos y las actitudes se pueden elegir, elijamos aquellos que nos conduzcan al mantenimiento y conservación de nuestro equilibrio como seres integrales. Ya Buda decía que “somos lo que pensamos”.

TÉCNICAS PARA EL CAMBIO

Hemos de acostumbrar a nuestros pensamientos a trabajar para nosotros, no al contrario. Sabemos que el cuerpo responde a lo que la mente dicta y que a través de pensamientos, sentimientos y emociones producimos efectos fisiológicos directos en nuestro organismo. Pues bien, una de las facultades más poderosas de nuestro cerebro es la de visualizar, es decir, crear imágenes o imaginar. Y todas las personas somos capaces de visualizar aunque debido a la falta de hábito pueda en ocasiones resultar una tarea ardua. Visualizar no es otra cosa que poner imágenes a los pensamientos, es decir, lo que se conoce comúnmente como imaginar, fantasear. Una facultad del hemisferio cerebral derecho. Algo que hacemos -de manera inconsciente- cuando soñamos. Por tanto, todos somos capaces de hacerlo.

Pues bien, está ampliamente contrastado que en el ámbito de la salud la visualización es una herramienta fantástica de curación, de recuperación de la armonía perdida. Y como las técnicas son muchas, cada persona podrá elegir aquella con el que se sienta más cómoda ya que lo que cualquiera de ellas hará es estimular nuestra mente con imágenes de salud, equilibrio y armonía sabiendo que, en la medida en que seamos capaces de mantener esas imágenes el mayor tiempo posible en nuestra mente, estaremos favoreciendo en nuestro cerebro la creación de engramas (figuras que se graban a nivel neurológico gracias a la repetición). Para lo cual puede uno concentrarse en el órgano que manifiesta la enfermedad o en la zona del problema.

¿Fantasía? William Tiller, profesor de Ciencias Materiales en la Universidad de Stanford (EE.UU.), construyó un mecanismo que emitía electrones. Pues bien, en sus experimentos pudo observar que cuando se aplicaban las manos al dispositivo con intención curativa se producía una descarga mucho mayor de electrones. Más tarde constató que con la simple emisión de pensamientos a distancia también se activaban. E incluso que cuando se utilizaba la visualización se producía el mismo efecto. Tras miles de pruebas, Tiller concluyó que ha de existir una energía más allá del espectro electromagnético emitida por los seres humanos que puede activar la liberación de electrones. Energía sutil capaz de transferir información dirigida por la mente, concentrada por la intención, la atención y la visualización. Y que además puede afectar el equilibrio de carga de las membranas celulares y del ADN, y, en consecuencia, recuperar el orden electromagnético favoreciendo la salud de las células vivas.

El médico norteamericano Leonard Laskow, que retomó los experimentos de Tiller, comprobaría posteriormente en su laboratorio que con el uso de la visualización podía inducir una inhibición del crecimiento de células tumorales en cultivos del orden del 80%.

LA RESPIRACIÓN CURATIVA

Igualmente importante es saber que la respiración es vida y otra forma efectiva de inducir cambios fisiológicos para el proceso curativo. En latín se denomina spiritus a “un principio animador que da vida a los organismos físicos”; en chino, la palabra chi tiene dos acepciones: “vida” y “respiración”; para los egipcios, el símbolo del ankh representa “el aliento de la vida”; en sánscrito, se denomina prana a la “fuerza vital”.

No es casualidad. La respiración implica una carga fisiológica de energía que, cuando se concentra y se dirige adecuadamente, puede ser regulada por la mente para trasladar información a una parte del cuerpo. Por ejemplo, visualizando la entrada y salida de aire en una zona específica se observa un aporte energético extra en esa área así como una activación de los campos energéticos que rodean el cuerpo. Por eso una vez activado el órgano o la zona, éste puede reequilibrar su desorden celular.

Otro hecho comprobado es que sosteniendo la respiración en determinados momentos críticos se capta la atención del subconsciente y se produce una resonancia armónica entre la respiración y el cuerpo, lo que produce una disminución del ritmo cardíaco. En otros casos, la respiración impulsiva -inspiraciones y espiraciones breves e intensas- puede facilitar la ruptura de modelos emocionales negativos y favorecer la asimilación de la experiencia traumática. Incluso en el parto natural se recomienda la respiración para mitigar el dolor y concentrar la atención de la madre con el fin de sincronizar sus esfuerzos adecuándolos a los reflejos normales del proceso de alumbramiento.

LA IMPORTANCIA DE LA ACTITUD

Resulta curioso constatar cómo son muchas las personas que esperan de las terapias alternativas o complementarias unos resultados casi instantáneos como el que, por ejemplo, provoca un fármaco contra el dolor. Y las cosas no son así. En primer lugar, porque dependiendo de la dolencia -y, sobre todo, de la gravedad de la misma-, tendremos que utilizar una o varias técnicas terapéuticas para inducir la sanación y asegurarnos de que estamos prestando atención a todos nuestros niveles de manifestación como seres humanos (cuerpo físico, energético, emocional, mental e, incluso, espiritual). El problema es que, acostumbrados a que cuando ingerimos un medicamento éste empieza a dejar notar sus efectos de forma casi inmediata, pensamos que la visualización, la meditación o la relajación van a tener los mismos rápidos efectos. Y la cuestión es mucho más profunda. La medicina tradicional ha tendido históricamente a considerar que alguien ha sanado cuando desaparecen las causas físicas de la enfermedad. Sin embargo, para la Medicina Holística o Integral la sanación no se considera completa hasta que se han erradicado las causas psicológicas y emocionales ya que sólo así estaremos seguros de que no volverá a reproducirse la dolencia. Es decir, lo que realmente pretende es lograr un cambio profundo de la persona, de la forma en que utiliza sus pensamientos, del modo en que maneja sus emociones y de la responsabilidad hacia su propio cuerpo. Cambio de actitud que supone una verdadera transformación en la forma de enfocar la vida. Y, en ese sentido, el handicap principal no son los hábitos adquiridos sino las creencias que hay detrás de cada comportamiento.

Hoy sabemos que la vivenciación intensa de un recuerdo desencadena en el organismo a nivel físico la misma descarga hormonal -y la consiguiente emoción asociada- que cuando se produjo el hecho en el pasado. Luego siendo ello así, rememorando situaciones de felicidad, de plenitud, de gozo, de éxito… estaremos activando a nivel biológico sustancias altamente positivas para nuestra salud. Por contra, el recuerdo de momentos de fracaso, dolor, soledad o angustia provocarán que en nuestro torrente sanguíneo se distribuyan hormonas que nos sumergirán en esas mismas emociones y, como consecuencia, bajará nuestra capacidad de defensa para luchar frente a las posibles agresiones externas (infecciones, virus, bacterias, etc.).

En suma, debe entenderse que el enfoque personal de la vida adquiere una importancia vital cuando hablamos de salud ya que la naturaleza de nuestros pensamientos actúa como un filtro -a veces impermeable- que ayuda o dificulta la curación. Es decir, nuestras creencias -especialmente las más arraigadas- condicionan que un tratamiento -farmacológico o alternativo- funcione o no. Creencias que además condicionan nuestro carácter y nuestro comportamiento en la vida; y, por tanto, nuestra salud.

Pongamos un ejemplo: imagínese a una persona que, admitiendo los beneficios de la relajación, la meditación o la visualización practica alguno de ellos todos los días durante veinte o treinta minutos, visualizando su organismo sano, pletórico de energía y de vida, sintiendo que absorbe energías de mayor vibración que equilibran sus carencias, etc., pero que el resto del día sigue pensando de forma habitual, es decir, desconfiando de los demás, sintiéndose deprimido y pesimista, actuando de forma egoísta… ¿Podrá la media hora de ejercicio de refuerzo positivo contrarrestar los efectos nocivos de los pensamientos que procesa el resto del día? O, lo que es lo mismo, ¿podrá el fármaco correspondiente ayudar a defenderse al organismo de una agresión si el sistema inmunológico del cuerpo está recibiendo la información inconsciente de que esa persona está actuando en contra de su conciencia?

LA TRANSFORMACIÓN CONSCIENTE

“El gusano de seda se pasa la vida comiendo y engordando y no sabe para qué. Un día siente la necesidad de encerrarse en sí mismo y construye una celda con el producto de su esfuerzo, se aísla y no sabe para qué. Un día siente la necesidad de salir de su encierro y, al salir, cree que el mundo ha cambiado y no sabe por qué. Sin embargo, si tuviera un espejo delante sabría en ese momento todos los porqués.”

El cuento precedente es una alegoría perfecta que refleja hasta qué punto la vida es un proceso de transformación en el que todos los acontecimientos fluyen de forma permanente y de cómo cada cosa que nos sucede tiene un significado, un porqué, aunque no logremos en ese instante vislumbrarlo. Algo que corrobora fehacientemente nuestro propio cuerpo en el que cada cierto tiempo se regeneran sus células hasta el punto de que cada siete años todo el organismo es prácticamente nuevo. Ni una sola célula sobrevive a ese plazo salvo las neuronas…; o, al menos, así se creía hasta ahora porque también ese convencimiento empieza a ponerse en entredicho. Como cambian con los años nuestro carácter, nuestras formas de pensar o nuestras actitudes.

Ahora bien, hay un aspecto que nos cuesta mucho más modificar: las creencias. Algo por lo general tan profundamente arraigado en nosotros que se produce casi siempre una fuerte resistencia cuando alguien o algo las pone en cuestión. Resistencia que supone, precisamente, una de las mayores dificultades del ser humano para crecer interiormente. Y es que no somos conscientes de la tremenda programación a la que hemos sido sometidos desde que nacimos, primero por nuestros padres y luego por los maestros en la escuela, el ambiente y la sociedad en la que hemos vivido. Al punto de que las respuestas que damos ahora, como seres adultos, están completamente condicionadas por todo ese bagaje de creencias impuestas.

Creencias tan arraigadas que condicionan por completo nuestra visión de las cosas, nuestros gustos, nuestras percepciones emocionales y psicológicas, y, en suma, nuestra personalidad. Sin embargo, es sólo confrontando nuestras creencias con otras, replanteándonos lo que siempre hemos creído, como podemos avanzar, como podemos percibir otras realidades, como podemos evolucionar y crecer como personas. Única forma de poder realizar una transformación consciente. Transformación que sólo requiere una herramienta, el libre albedrío, imprescindible en el camino evolutivo y que nos faculta para elegir -en todos los ámbitos-, al margen de condicionamientos o creencias.

Y ahí radica la mayor dificultad. Porque “creer” es asumir como ciertas las informaciones recibidas por distintas vías sobre un tema para, inmediatamente, convertirse en verdades. Es decir, las creencias, en general, están exentas de lógica y suelen asentarse en el inconsciente colectivo hasta que son sustituidas por otras con mayor carga racional. En ese sentido, vienen a conformar una especie de plantillas o esquemas mentales a través de las cuales discurren nuestros pensamientos y vemos la realidad. Por eso cuando cambiamos el esquema mental, es decir, cuando modificamos la “plantilla”, cambia inmediatamente la realidad de la persona. Algo de mucha importancia en el ámbito de la salud. Porque hoy se sabe que si en lugar de creer que sufrimos procesos degenerativos creemos que nuestro cuerpo se renueva a cada instante, que hay una inteligencia innata que se ocupa de mantener la vida, que nuestras células llevan impresa la orden de supervivencia, estaremos infundiendo en nuestro cuerpo un mensaje de equilibrio y salud. Y, sobre todo, no habrá en nuestro interior miedo, la emoción más nociva de todas porque ataca directamente a esa orden de supervivencia inscrita a nivel genético de la que hablamos.

De ahí que ser conscientes de nuestros procesos físicos, emocionales y mentales redunde de inmediato en una mejoría de la salud. Así lo demostraron, entre otros, los experimentos de laboratorio realizados por el prestigioso médico Deepak Chopra en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y en la Asociación de Medicina Ayurvédica de Lancaster, Massachusetts, según los cuales todas las funciones supuestamente involuntarias -regidas por el inconsciente- del cuerpo, como el latido del corazón, la respiración, la digestión, la temperatura corporal, las secreciones hormonales, etc., pueden ser también reguladas conscientemente mediante la biorrealimentación, un proceso de toma de consciencia muy sencillo basado en técnicas de meditación.

Algo comprensible si tenemos en cuenta que si la energía mental coordina el orden electromagnético de la energía vital y ésta a su vez mantiene el orden a nivel celular, cuanta más coherencia haya en la emisión de pensamientos mayor será el aporte energético que recibirá nuestro cuerpo físico, lo cual redundará en beneficio de nuestra salud.

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Salud para ti y los tuyos.

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martes, 19 de octubre de 2010

Agua Vaaaaaaaaaaa...


Salta a la vista el despropósito que vivimos en este loco "primer mundo", en el que las injusticias campan a sus anchas. Es bien sabido que, a diferencia de lo que ocurre con la comida (que podemos resistir sin comer varias semanas), sin agua un organismo no puede sobrevivir sino unos días... Y ahí tenemos a una gran parte de la población mundial (900 millones de personas sin agua potable y más de 2.600 millones sin saneamiento adecuado) sometida a una escasez de tintes dramáticos, más aún cuando en esta parte del mundo despilfarramos el agua de manera totalmente inconsciente.


Días atrás, recibí un mensaje de "Actuable" en el que se comentaba que la fecha 15 de Octubre había sido elegida para hablar, compartir ideas..., en el mundo bloguero, sobre el tema del Agua.

He estado bastante ocupado estos últimos días y no he podido sumar mi blog a la iniciativa hasta ahora, pero me parece que es un tema que tiene la suficiente envergadura como para hablar de él continuamente, como si fuéramos moscas "cojoneras" hasta que podamos encauzar acciones que desemboquen en algo positivo como para remediar la injusticia flagrante que la Humanidad en su conjunto (a la que pertenecemos tú y yo) estamos cometiendo frente a unos seres humanos que lidian a diario con la extrema necesidad de suministrarse la dosis mínima necesaria del liquido elemento, y que la única "culpa" que tienen es haber nacido en la más absoluta de las pobrezas en una zona geográfica de la que no pueden salir...

En esta iniciativa se invitaba a ofrecer diversas visiones sobre el tema, aportar datos..., y ahí podemos ver qué es eso de la "huella hídrica", la contaminación de los ríos en España, la incidencia de la escasez de agua en la gestación de conflictos armados, la escandalosa cifra en volumen de agua que se extrae de los acuíferos para encarecer y lucrarse unas pocas multinacionales del negocio del agua embotellada...


¿Cómo es posible que el agua que extraen de forma tan brutal (por excesiva) y tan barata de las reservas de la profundidad de la Tierra, se convierta en un producto final con un precio 1.000 veces superior al de origen? (y sabemos que del coste total del agua embotellada, más del 90% es debido al embotellado, transporte, distribución y el "marketing" consiguiente) ¿Quién les ha dado competencia para que se hagan dueños de algo, el agua, que si corriera por la superficie sería de dominio público, no privado? ¿Por qué nadie se queja del precio del agua embotellada cuando cuesta más que la gasolina? Por lo menos, a la gasolina el Estado se le recarga su precio con unos impuestos (por otra parte, abusivos, por lo menos en España) que van a servir para ofrecer servicios sociales a la población...

¿A dónde van a parar los beneficios del agua embotellada? Pues a una serie de empresas multinacionales bien conocidas (Danone, Nestlé, Coca-Cola, Pepsi-Cola: los cuatro jinetes del Apocalipsis...) junto a la Industria Petrolera (British P., ExxonMobile, Shell...) y Petro-Química, dado que los envases son fabricados con plásticos derivados directamente del petróleo (los PET y compañía...).


Y una pregunta colateral: ¿y qué pasa con los envases tras su uso? Que el 87% va a ser puro desperdicio, se acumulará en cualquier sitio o se incinerará, pues actualmente que sólo el 13% se recogen para reciclar. ¿Cómo es posible semejante dislate? ¿Cuántos millones de barriles de petróleo tiramos a la basura directamente tras haberlos transformado en unos plásticos que van a tardar una pila de años en degradarse (cuántos años quién lo sabe..., se calcula entre 100 y 1.000 años).

Las organizaciones que están sensibilizadas con este tema proponen concienciar a la población para que dejen el "esnobismo" a un lado y velen por preservar la Naturaleza con una pinta más "natural", minimizando el consumo de agua envasada y bebiendo del agua de la conducción pública.

No digo yo, y también es de sentido común, que en situaciones límite (verano, zonas costeras con aguas de deficiente calidad...) no se pueda usar este producto; pero, en el resto de situaciones, ¿por qué no asumir que comprar un botellín de agua es hacer un flaco favor a nuestro planeta, a la vez que a nuestro bolsillo?

Aquí, en España, por lo menos, más del 98% del agua envasada tiene su origen en aguas subterráneas, cosa que en EE.UU. se venden como agua embotellada "maravillosamente pura" agua que proviene del servicio público de aguas y posteriormente filtrado o purificado (con sistemas de ósmosis inversa) y que fácilmente puede estar contaminada: según la NRDC (Natural Resource Defense Council) las instalaciones embotelladoras de agua pueden ser inspeccionadas cada 5 ó 6 años, mientras que el Servicio de Aguas de una ciudad como San Francisco controla más de 100.000 veces cada año la salubridad de las aguas de la red pública (y eso no impide que haya problemas de salubridad en sus aguas: E. Coli, metales pesados...).

Hay material en la red como "para parar un tren". Existen asociaciones que promueven la concienciación del consumidor (por ejemplo, ésta canadiense), este artículo publicado en el diario El País, consejos para ahorrar agua (y aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí...)...

El aumento en la producción y consumo de este producto es increíble:
  • 1970: 900 millones de litros.
  • 1980: 1.900 millones de litros.
  • 2000: 84.000 millones de litros.
  • 2004: 154.000 millones de litros.
  • 2010: 200.000 millones de litros.

Es interesante observar el poder de la Industria para que llegue a legislarse en Europa la posibilidad de que, ante la cada vez mayor escasez, las aguas de manantial sean tratadas con Aluminio (tóxico para el ser humano), como sustancia floculante ("atrapador" de sustancias disueltas en el agua), para retirar el exceso de Flúor que impide que estas aguas sean envasadas y comercializadas para consumo humano. Está visto que lo único que importa es el vil metal, el negocio de unos pocos...


Salud para ti y los tuyos.

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lunes, 11 de octubre de 2010

La Reconexión


Echando un vistazo hacia atrás en mi vida, puedo observar que he ido avanzando en la comprensión del Ser Humano; y, en mi faceta profesional, como médico, también. Y si tuviera que definir el cauce por el cual se ha desarrollado este avance, no me resultaría difícil denominarlo con una palabra: la simplicidad.


Cada vez he empleado menos herramientas externas (agujas de acupuntura, filtros de color, procesos densamente protocolizados...)..., hasta que a comienzos de 2008 me llegó el proceso de La Reconexión, con su vertiente sanadora (marca registrada por el quiropráctico yankee Eric Pearl).


Ya he descrito en otra entrada de este blog en qué consiste lo que llamo Sanación. Esta vez voy a intentar explicar mi vivencia de la Reconexión.


Así como en Sanación la posición del sanador es de puro enlace, una interacción neutra con el sistema energético de la persona, a través de la cual este "Sistema" (yo le llamo así) es quien dirige el proceso, mostrándole al individuo una serie de cuestiones (con percepciones o sensaciones variopintas) y reencauzándolas hacia una vía de mayor equilibrio, en la Reconexión la actitud es diferente: el facilitador de la Reconexión activa concreta y específicamente una serie de puntos y trazados energéticos en el individuo de cara a establecer esa "Conexión" con la estructura energética del planeta y, por ende, con el Universo...


La Reconexión sólo es necesario realizarla una vez en la vida (aunque no hay problema alguno en realizarla las veces que uno quiera), y se desarrolla en dos días consecutivos (debe haber una noche de por medio, para que el inconsciente "repase" lo realizado durante el día) en sesiones de una hora escasa en las que, además de explicarle a la persona a grandes rasgos lo que se va a realizar, se le hace tumbar relajadamente sobre un cómodo sofá (doy fe de que las personas, luego, no quieren separarse de él, je-je).


Durante el ejercicio de la Reconexión, la persona puede percibir cualquier tipo de sensación (la variedad de relatos es inagotable)..., o ninguna. En mi caso, cuando Alessandro Di Masi (en aquellas fechas, mano derecha del "Boss" en España) me la hizo, sólo noté una relajación similar a la que se puede notar en cualquier otro ejercicio o en un momento de descanso, de reposo... No hay que esperar "fuegos artificiales" ni un contacto íntimo con la Divinidad en la que cada cual crea.



Tras el propio ejercicio de Reconexión, le suelo pedir a la persona que comente sus vivencias durante el desarrollo del mismo, tras lo cual, le aconsejo que no coloque ninguna expectativa sobre lo realizado y que permanezca atento a la vida, que es de lo que se trata...


Al día siguiente, tras una breve entrevista de recibimiento, se realiza la segunda fase de la Reconexión: se activan los mismos puntos y líneas del día anterior, y se continúa con el cierre del proceso. Tras el posterior comentario de la persona sobre lo vivido durante el ejercicio, le indico que siga sin colocar expectativas sobre lo realizado y que ahora, lo que corresponde es que esté atento a la vida..., nada más.


La pregunta que aparece en ese momento, si no se ha planteado ya anteriormente, es: ¿qué voy a notar, qué voy a sentir diferente a lo que es mi vida cotidiana? Respuesta clara y rotunda: no lo sé. Lo que sí sé es que, al tiempo, las personas "reconectadas", al volver su mirada atrás, han podido darse cuenta de que ha habido cambios sustanciales en su vida..., pero cada cual vive los suyos y en su momento.


"Hice algo a lo que no me había atrevido a lanzarme con anterioridad", "mi vida la he visto clara", "soy diferente", "he dejado ese trabajo que no me gustaba", "ha aparecido la oportunidad de mi vida"... Cada cual lo vivirá según su propia situación, pero lo que se aprecia es que todas las personas viven (vivimos) con una mayor consciencia, una atalaya que les (nos) permite darnos cuenta de cosas que suceden delante de nuestras narices..., y nos dan pie para posicionarnos ante ellas... Luego, lo que cada uno haga es resultado de su propia libertad de albedrío, de su propia decisión.


¿Qué ocurre cuando una persona está muy descolocada en la vida y se hace la Reconexión? Pues también puede suceder cualquier cosa: desde constatar un "vuelco" en su vida..., a no notar nada, absolutamente nada. Entonces, ¿no siempre actúa, no siempre es eficaz la Reconexión? Lo que puede ocurrir es que la persona debe ocuparse un poco más de sí mism@, centrarse un poco más, ir buscando su senda de crecimiento..., y es entonces cuando aquella Reconexión que, aparentemente, fue infructuosa, empieza a "actuar".



Algo que suele producir un rechazo inicial en las personas al plantear el tema de la Reconexión, es el tema económico: cuesta 333€ en Europa (333$ en EE.UU.). Se trata de una cifra suficientemente elevada como para echar atrás a las personas no totalmente convencidas sobre su intención de "reconectarse". Es una cifra que tiene un valor numerológico resonante con los "Maestros Ascendidos" y que está estipulada (como marca registrada que es La Reconexión) como el "intercambio justo".


También existe la posibilidad de utilizar esa frecuencia 333 pero colocando una "," entre medio del número (33,3 ó 3,33) en casos especiales (menores, allegad@s...) junto con la necesidad de equilibrar el intercambio justo con algún servicio "en especias". Como ejemplo, os puedo decir que hace unas fechas me pidió La Reconexión uno de mis hijos adolescentes (19 años). Su justo pago fue 33,3€ y unos trabajos en el jardín que le hacen invertir horas de su tiempo con cierto esfuerzo personal (ánimo, que ya te falta poco...).


(Este párrafo lo estoy escribiendo en Noviembre de 2011) Desde mi actual manera de concebir el trabajo y su valoración, he determinado dejar de usar esa tarifa fija de 333€ y pasar a valorarlo como el resto de mi trabajo en consulta, buscando la reciprocidad con la justa compensación por parte de la persona que reciba la Reconexión.

De todas formas, estando convencido como lo estoy de la utilidad de esta herramienta, no estoy muy en resonancia con la forma mercantilista con la que se está distribuyendo por el mundo, pues los seminarios son "a doblón", al estilo más puramente americano... En fin, me quedo con la esencia pero no con el actual envoltorio.


A partir de ahí, como siempre, cada un@ con su experiencia...


Salud para ti y los tuyos.

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martes, 5 de octubre de 2010

Charla de Diseño Humano

Una de las ideas que me llevó a crear este blog, además de difundir informaciones que considero de interés para crear conciencia entre la población sobre cuestiones diversas que al final desembocan en la Salud, fue el que sirviera de escaparate a la actividad que desarrollo en el Centro "El Arte de Vivir" en el que paso unas cuantas horas cada día...


En esta entrada os informo de la charla-coloquio que voy a dar este viernes (8 de Octubre) a las 19h en el propio Centro. El tema es: "Conociendo a nuestr@s hij@s a través de Diseño Humano". La finalidad de esta charla es dar una idea general sobre la necesidad de conocer a nuestr@s hij@s y, en caso de no tenerlos, a nosotr@s mism@s, de cara a que tod@s vayamos consiguiendo las mejores experiencias en este curso vital que nos toca vivir.


Diseño Humano es una herramienta que nos ayuda, de forma experimental, con la propia experiencia, a descubrir cómo somos realmente (cómo son nuestr@s hij@s, nuestras parejas, las personas con quienes nos relacionamos...) y de qué mejor manera podemos dirigirnos en nuestra vida, desde una posición segura y armónica con el resto del mundo, sin acumular tensiones que nos puedan llevar a gestar cualquier enfermedad.



Esta charla se continuará con un Curso Básico (pero suficiente) de Diseño Humano, a realizar el 16-17 de Octubre y 20-21 de Noviembre, en el que enseñaré cómo descifrar, con extrema facilidad, las herramientas que nos adornan. El Curso lo anunciaré en una entrada posterior.

Anímate.

Salud para ti y los tuyos.

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sábado, 2 de octubre de 2010

Visitas Gratis Total


Mi buen amigo Carlos (gracias), me acaba de enviar un mensaje con un enlace a una plataforma de activismo "on line" que me ha parecido una especial e interesante manera de dar a conocer lo que nos gustaría conseguir, las peticiones de cambio que anhelamos y que casi siempre se nos quedan en el tintero o calentándonos los "cascos"...


La petición concreta que me ha llegado tiene que ver con la visita del Papa a España en Agosto del próximo año 2011. El Papa, como cabeza visible de una organización que reúne a una millonada de personas, me parece totalmente respetable, aunque yo no crea que esa persona concreta, por el hecho de haber sido elegido por otros seres humanos (purpurados, eso sí) sea infalible en sus expresiones (tenemos ejemplos múltiples de las grandes aberraciones cometidas por Papas, también teóricamente infalibles...).

El tema en cuestión no está en la propia visita del Santo Pontífice a España, un país de gran tradición católica y fuente (sobre todo años atrás) de gran número de vocaciones y misioneros. No, el tema es que estando como estamos en una situación crisis, de austeridad en los presupuestos del Estado, recién salidos de una Huelga General (curiosa también la valoración de su seguimiento: para unos, gran éxito, con unos porcentajes inflados; para otros, un rotundo fracaso, con unos índices de participación infinitesimales...), en un Estado laico, etc-etc, se tenga la desfachatez de sacar un pellizquito de 50 millones de € del saco "tipo gruyere" del presupuesto y que se les dé bonificaciones fiscales del 80% a las empresas que patrocinan la visita (Telefónica, Corte Inglés y Banco Santander).

Como podéis comprobar, he colocado un widget (lo siento pero no he encontrado sinónimos en castellano, a lo más "dispositivo de ventana") con tal motivo en la cabecera del blog, por si alguien quiere también manifestar su protesta ante este hecho. Iré cambiando los temas de esa ventana, de vez en cuando, en la medida que vaya viendo peticiones interesantes...

Me ha comentado una amiga (gracias, Mila) que no se puede acceder desde este widget del blog a la información de la política de privacidad. Lo he comprobado y es cierto. Para ver esa información, hay que ir directamente a la página de Actuable.

Salud para ti y los tuyos.

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