Una Cena Japonesa
Esta noche pasada, aprovechando la coyuntura del cambio de hora, una componenda (¿engañufla?) humana en su afán de pretender manejar los ritmos de la Naturaleza, de organizarla a nuestro antojo, nos juntamos 15 vecinos del pueblo para degustar una cena al estilo japonés.
Uno de los comensales, que ha visitado tierras niponas unas cuantas veces por temas laborales, se encargó de elaborar el menú. Hay que decir que es la segunda experiencia de este tipo que se realiza en Etxarri, pero en la de hace dos años no pude participar.
Atún crudo, varias verduras preparadas a la tempura, sushi, salsa de soja (con o sin wasabi, cuidado con quien se atreva...), una pasta semejante a espaguetis pero ondulada servida con caldo (y de cuyo nombre nada ha quedado en mi memoria reciente), carne de vacuno (no puedo asegurar si era ternera o buey) de Kobe (si leéis este enlace os enteraréis de cosas muy interesantes y curiosas sobre la carne de "Kobe", ¿de Nueva Zelanda?), sake, acompañado de vino y licores de nuestra tierra..., y con partida de "pinchazo" final.
Aparte de vivir un rato muy agradable, tanto para mis sentidos carnales (no tanto para el oído, dado que soy muy sensible al ambiente ruidoso, y una mesa cuadrada para quince comensales produce el ruido que produce...) como para mi bienestar como ente social, el motivo de compartir en el blog esta vivencia es que, dado el cuidado que pongo en lo que llega a mi interior en forma de comida (aunque también soy humano y caigo en tentación con relativa facilidad), fui a ver los ingredientes de los envases de los productos que consumimos. Y ahí saltó la liebre, que no estaba incluida en el menú, por cierto (je-je).
Además de los conservantes, aditivos y porquerías varias que tuve la oportunidad de leer (el venenoso glutamato entre ellos, un potenciador del sabor clásico de la cocina oriental al que le dedicaré una entrada algún día o año de estos), identifiqué soja modificada genéticamente (soja transgénica).
Y es que, "casualmente", en estos momentos, en el grupo de Salud Verde en el que colaboro como "co-coordinador", ha salido a debate el tema de los transgénicos. Mi siguiente entrada va a tener como protagonista esta cuestión tan importante para la sociedad actual. Importante por los peligros que puede entrañar si se lanzan al mercado alimentario estos productos biotecnológicos tal y como está permitiéndose en diversos países aparentemente "desarrollados" del primer mundo...
Atún crudo, varias verduras preparadas a la tempura, sushi, salsa de soja (con o sin wasabi, cuidado con quien se atreva...), una pasta semejante a espaguetis pero ondulada servida con caldo (y de cuyo nombre nada ha quedado en mi memoria reciente), carne de vacuno (no puedo asegurar si era ternera o buey) de Kobe (si leéis este enlace os enteraréis de cosas muy interesantes y curiosas sobre la carne de "Kobe", ¿de Nueva Zelanda?), sake, acompañado de vino y licores de nuestra tierra..., y con partida de "pinchazo" final.
Aparte de vivir un rato muy agradable, tanto para mis sentidos carnales (no tanto para el oído, dado que soy muy sensible al ambiente ruidoso, y una mesa cuadrada para quince comensales produce el ruido que produce...) como para mi bienestar como ente social, el motivo de compartir en el blog esta vivencia es que, dado el cuidado que pongo en lo que llega a mi interior en forma de comida (aunque también soy humano y caigo en tentación con relativa facilidad), fui a ver los ingredientes de los envases de los productos que consumimos. Y ahí saltó la liebre, que no estaba incluida en el menú, por cierto (je-je).
Además de los conservantes, aditivos y porquerías varias que tuve la oportunidad de leer (el venenoso glutamato entre ellos, un potenciador del sabor clásico de la cocina oriental al que le dedicaré una entrada algún día o año de estos), identifiqué soja modificada genéticamente (soja transgénica).
Y es que, "casualmente", en estos momentos, en el grupo de Salud Verde en el que colaboro como "co-coordinador", ha salido a debate el tema de los transgénicos. Mi siguiente entrada va a tener como protagonista esta cuestión tan importante para la sociedad actual. Importante por los peligros que puede entrañar si se lanzan al mercado alimentario estos productos biotecnológicos tal y como está permitiéndose en diversos países aparentemente "desarrollados" del primer mundo...
Salud para ti y los tuyos.
Etiquetas: Alimentación, Salud, Ser Humano, Sociedad, Transgénico
2 comentarios:
Como va cambiando todo Silvano,
lo que ayer parecía alternativa,
hoy se queda desfasado.
y lo que te rondaré morena.
Un saludo.
¡Hola, Iñaki! En este mundo tan cambiante, tan dinámico, es necesario estar más vigilantes (sin llegar a la paranoia, claro) para, desde una mayor consciencia, discriminar las opciones factibles y elegir las mejores.
Salud para ti y los tuyos.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio